marzo 24, 2008

Diamantes: La joya del amor

diamantes




Hoy en día, el diamante es la joya más preciada. Su belleza lo hace irresistible a la ambición de cualquier persona. Es el regalo perfecto para un amante, símbolo de uno de los sentimientos que mueve al mundo, el amor.




De un diamante cautivan sus destellos, esa irisación que hechiza a quien la contempla. Pocos son los territorios donde hallar esta gema: la India, Brasil, Venezuela y Sudáfrica. Y dos, los grandes compradores de este tesoro: Estados Unidos y Japón.


Un diamante, una ilusión


La joya más cara del mundo tiene características que las personas asociamos en el amor. Primero, la dureza, que hace que este sólo pueda ser pulido con otro diamante, simboliza a la pareja. La necesidad del uno sobre el otro y la calidad de la relación.


En segundo lugar, su resistencia, que hace creer que un diamante es para siempre, demuestra el deseo de estabilidad y perdurabilidad que se anhela para esa historia de amor. Y por último, su belleza y exclusividad, que realzan la peculiaridad de la pareja que tenemos a nuestro lado.


Aunque para medir la calidad de una roca es necesario tomar en cuenta cuatro características clave: corte, color, transparencia y quilataje. Esta última se refiere al peso de la piedra; las otras tres, a la forma como las trabajan los joyeros.


Características de los diamantes


El brillante es, simplemente, una talla de 58 facetas y redonda. Cuando trabajamos el diamante de esa forma, todo rayo incidente debe salir reflejado, si no, no es buena. La gente acostumbra a llamar brillante por extensión a todo tipo de tallas. Esto pasa porque es la más común, pero una piedra tallada de forma cuadrangular, por ejemplo, no es un brillante


Corte: Es sumamente importante, pues de éste depende una de las cualidades más admiradas del diamante: su brillo. La luz entra en la parte alta de la piedra, llamada corona, y se expande según la cantidad de cortes y ángulos de entrada.

Existen siete: redondo, marquesa, pera, corazón, oval, esmeralda y princesa.


Color: A pesar de que la mayoría parecen blancos, todos incluyen algún resto de amarillo. Aunque los más puros y cercanos al blanco suelen ser los más costosos, uno amarillo intenso puede llegar a ser muy caro. Los de fantasía incluyen tonos como rosa, verde, azul y negro.


Transparencia: la mayoría tienen defectos diminutos llamados inclusiones, que pueden ser partículas de metal en su interior o roturas. La escala, por sus siglas en inglés, va de IF (Internal Flawness, defectos diminutos que sólo se aprecian con microscopio; los más valorados), VVS (very very slightly, con imperfecciones difíciles de percibir), VS (very slightly), S (slightly), e Included 1, 2 y 3 (defectos perceptibles a simple vista; son los más baratos).

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